"Dar de Lo que Tengo" "Darme" "Dar mi Tiempo" "Dar Amor"

Evangelio según San Lucas 21,1-4

"... Alzando la mirada, vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos moneditas, y dijo: «De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que nadie. Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobra, ésta en cambio ha echado de lo que necesita, de todo lo que tiene para vivir...."

La limosna de la viuda. Jesús estaba ante el arca del Templo y observaba cómo la gente iba echando su limosna. Los pobres echaban pocos centavos, los ricos monedas de gran valor. Los cofres del Templo recibían mucho dinero. Todos echaban algo para la manutención del culto, para el sustento del clero y la conservación del edificio. Parte de este dinero era usada para ayudar a los pobres, pues en aquel tiempo no había seguridad social. Los pobres vivían de la caridad pública. Las personas más necesitadas eran los huérfanos y las viudas. Dependían en todo de la caridad de los demás, pero así mismo, trataban de compartir con otros lo poco que poseían. Así, una viuda bien pobre, pone su limosna en el arca del Templo. ¡Nada más que dos centavos!

Al llamar la atención de los discípulos hacia el gesto de la viuda, les enseña a ellos y a nosotros dónde debemos procurar ver la manifestación de la voluntad de Dios, a saber, en los pobres y en el compartir. Y un criterio muy importante es el siguiente: “Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobra, ésta en cambio ha echado de lo que necesita, de todo lo que tiene para vivir.»

• Limosna, compartir, riqueza. La práctica de dar limosnas era muy importante para los judíos. Era considerada una “buena obra”, pues la ley del Antiguo Testamento decía: “Nunca dejará de haber pobres en la tierra; por esto te doy este mandamiento: abrirás tu mano a tu hermano, al necesitado y al pobre de tu tierra”. (Dt 15,11). Las limosnas, colocadas en el arca del Templo, sea para el culto, sea para los necesitados, los huérfanos o las viudas, eran consideradas como una acción agradable a Dios (Eclo 35,2; cf. Eclo 17,17; 29,12; 40,24). Dar limosna era una manera de reconocer que todos los bienes y dones pertenecen a Dios y que nosotros no somos más que administradores de esos dones. 

La práctica del compartir y de la solidaridad es una de las características que el Espíritu de Jesús quiere realizar en las comunidades. El resultado de la efusión del Espíritu en el día de Pentecostés fue éste: “No había entre ellos indigentes, pues cuantos eran dueños de haciendas o casas las vendían y llevaban el precio de lo vendido y lo depositaban a los pies de los apóstoles” (Hechos 4,34-35ª; 2,44-45). Estas limosnas colocadas a los pies de los apóstoles no se acumulaban, sino que “y a cada uno se le repartía según su necesidad” (Hechos 4,35b; 2,45). 

El evangelio de hoy podría dar lugar a una disputa "sociológica" en considerar "ricos vs pobres", pero el evangelio va más allá. el Señor resalta el espíritu de compartir (eso es lo que dio la viuda, como también muchas personas ricas también dan lo que tiene).
El concepto es que comprendamos que debemos ayudar porque todos esos bienes pertenecen a Dios.

Señor en este día tendré una mirada atenta para ver a ese necesitado que se acerca a mi, para poder darle lo que tengo, no sólo económicamente sino el poder darme (una palabra, mi tiempo, mi atención, un gesto de fraternidad, todo lo que hoy pueda dar).

Cuando, en este día, pueda "dar algo" me alegraré de saber que te he asistido Señor.

Que el nuevo día, la nueva semana sea un lugar de encuentro con Jesús en quien necesita.
Tengan muchas bendiciones y nos vemos el domingo 1° de diciembre. para compartir la eucaristía a las 18,30 hs.

No te olvides de sonreir hoy, allí estarás dando mucho amor como la viuda del evangelio
Bendiciones.

P.Jorge Domínguez s.c.