Mandatos Generacionales

"... TE PARECÉS A......"

Desde que llegamos al mundo alguien nos dice cómo debemos actuar, qué es bueno y qué malo, como si la visión que luego formamos de la vida nos fuera transmitida y resultara imposible crear una propia. Qué es lo que hace que muchas veces no nos alejemos de esos “mandatos”.

Los mandatos familiares condicionan nuestro desarrollo porque nos dicen qué está bien y qué mal y cómo debemos actuar en cada circunstancia de nuestras vidas.

Nos muestran y nos guían en el camino a seguir y como toda guía nos ayudan porque nos dan estructuras, pero a su vez nos limitan ya que nos imponen formas rígidas y predeterminadas de quién ser, cómo actuar y eso nos resta autonomía y poder personal.

Se considera que los mensajes y los mandatos que experimentamos en el presente son originados y provenientes hasta siete generaciones anteriores trasmitiéndose de generación en generación hasta llegar al presente. De allí su fuerza, su irracionalidad y su potencia.

Esta red de mandatos está constituida por mensajes verbales y no verbales en cuya construcción intervienen pensamientos, emociones e imágenes.

Acá es donde cobra fuerza la importancia de la comunicación no verbal (gestos, actitudes, tonos de voz, posturas, etc) que proviene en forma directa del hemisferio derecho de nuestro cerebro. Este tipo de comunicación tiene una potencia mucho mayor que si fuera en forma verbal. De esta manera la comunicación no verbal, no consciente, ligada profundamente a la emocional es la fuerza trasmisora más importante de los mandatos intergeneracionales.

De esta manera es entendible cómo recibimos influencia en nuestra vida cotidiana de una bisabuela desconocida de la que no tenemos información. Por ejemplo, a través de dificultades que tenemos en el presente para gozar de la vida, para ascender económicamente en un trabajo o para tener una pareja.

A esto se remiten muchas veces las causas desconocidas de muchos de nuestros problemas que no sabemos entender y por lo tanto solucionar, de nuestra vida presente.

Los mandatos son mensajes no verbales internalizados que generalmente suelen ser prohibiciones a nuestras conductas limitando de esta forma nuestro accionar y nuestras vidas.

Ahora bien, ¿por qué los cumplimos? Los mandatos son originados en la fuerza intergeneracional pero se ven potencializados y particularizados por las creencias, exigencias y expectativas de la familia actual.

Estos atributos tienen su origen en creencias culturales particularizadas en cada grupo familiar, entendiendo por este a la familia comprendida hasta siete generaciones anteriores.

Al nacer, un hijo ocupa un lugar en el grupo familiar como si fuera una pieza de un rompecabezas, ya que la familia es un sistema donde el rol de cada uno esta en función y relación con el resto.

A ese árbol familiar y a esas “ramas” de esa gran familia le es “funcional” que ese nuevo miembro ocupe ese lugar. Por lo tanto, reconocerá y le dará todos los premios (generalmente reconocimiento por medio del afecto) que sean necesarios para que ese nuevo integrante ocupe el lugar esperado.

¿Qué bebé y qué ser va a oponerse a recibir afecto y nutrición? De esta forma nuestro grupo familiar amplio (abuelos, padres, etc.) van moldeando nuestra conducta y van influenciando nuestro camino a seguir.

Seguiremos reflexionando....

RECUERDA QUE DEBES DE SER TÚ MISMO Y NO DEJAR QUE OTRAS COSAS O PERSONAS CONDICIONEN TU VIDA. AMÉN.
EN ESTE DÍA SEÑOR QUIERO SER YO MISMO Y TE PIDO QUE ME AYUDES A ALEJAR DE MI VIDA TODO CONDICIONAMIENTO. LIBÉRAME SEÑOR. AMÉN.

BENDICIONES Y BUENA JORNADA BENDECIDA EN EL PODER DE DIOS.

P. JORGE DOMÍNGUEZ S.C.